En este post, me gustaría hablaros de la masacre de Oradour-sur-Glane, una matanza que se llevó a cabo por la 3.ª Compañía del 1.er Batallón del Regimiento Der Führer, de la División SS Das Reich, el 10 de junio de 1944, contra la población civil e indefensa del pueblo de Oradour, en el que fueron asesinadas 642 personas.
El relato que os voy a contar a continuación ha podido ser reconstruido, gracias a los testimonios de los pocos civiles que consiguieron escapar de los Alemanes aquel fatídico 10 de junio.
Esta es una historia un tanto complicada de contar y aunque es bastante triste, creo que es necesario recordar y no olvidar lo que ocurrió no muy lejos de casa hace ahora 80 años.
*Pido disculpas por adelantado si algún fallo en la historia, no es mi intención. Agradecería que me lo digáis en los comentarios
Corria la mañana del 10 de Junio de 1944, cuando sobre las 14:15 una columna militar con una decena de vehículos, 3 camiones, 2 blindados y unos 150 soldados Nazis llegaron al pueblo de Oradour.
Mientras los blindados tomaban posiciones en la plaza del pueblo, los soldados comenzaron a sacar a la gente de sus casas a la fuerza, obligandolos a reunirse todos en la misma plaza donde los militares estaban esperandolos.
Al cabo de 20 minutos, todo el pueblo estaba en la plaza y el comandante Adolf Diekmann, de 29 años, acusó al alcalde de Oradour de que el pueblo estaba sirviendo como depósito de armas para la guerrilla. Ante la negación rotunda del alcalde, Diekmann, obligó a este a seleccionar 30 rehenes, cosa a la que el alcalde también se negó poniendose a sí mismo a disposición de las SS.
Ante la negativa, el comandante alemán ordenó a sus soldados separar a los hombres de las mujeres y los niños, llevando a estos primeros hacia las afueras del pueblo y obligando a entrar a las mujeres y los niños en la iglésia del pueblo.
Aun sin estar todas la mujeres y niños dentro de la iglésia, una bomba de humo explotó dentro, llevando a estas indefensas mujeres y sus hijos a entrar en una reacción de pánico, a la que los Waffen-SS respondieron acribillándolas con los fusiles automáticos.
En esa iglésia pereciendo todas, todas menos una, madame Rouffanche. Una vecina de Oradour que pudo escapar por una ventana.
Esta explosión sirvió también como señal para que los soldados alemanes apostados en las afueras del pueblo con armas automáticas, ametrallaran a los barones civiles agrupados.
Después de esta masacre y con pistola en mano, los mismos soldados fueron caminando entre los cuerpos para “rematar” a los hombres que agonizaban.
Durante los siguientes días, los soldados SS fueron agrupando los cadáveres y tras cubrirlos de cal viva, los los quemaron. Seguidamente y antes de partir hacia Normandiá, las SS quemaron todo el pueblo sistemáticamente.
Se calcula que el número de victimas total fué de 642 personas. De los cuales 190 hombres fusilados, 245 mujeres y 207 niños ametrallados y quemados en la iglesia.
Entre estos asesinados, se encontraban diecinueve exiliados republicanos españoles, que pertenecian a 6 familias diferentes con niños de corta edad.
Ahora os hablaré de mi visita a este gran “museo al aire libre”. Oradour se encuentra a un par de horas de Burdeos, hacia el interior del país. Yo lo visité con mi moto, el pasado marzo y sinceramente, aunque tuve que desviarme mucho para llegar, mereció la pena.
Cuando estaba llegando y vi desde la carretera ese conjunto de casas en ruinas, se me encogió el alma. Oradou, es un pueblo fantasma, es un lugar que se encuentra tal cual lo dejaron los Alemanes en 1944.
Entrar en ese ville, es viajar en el tiempo y volver a la década de los años cuarenta. Todo sigue igual. Los coches oxidados en los garajes, las bicicletas en los patios y los carteles con el nombre de las calles en las esquinas, todo menos la gente. Estar alli te hace pensar en cómo tuvieron que vivir esos hombres, mujeres y niños aquel fatídico 14 de junio de 1944.
Cuando llegas a la puerta de entrada, la primera imágen que ven tus ojos es una camino con casas derruidas a los lados. Esa primera imágen es bastante impactante, ya que, almenos en mi caso, no había visto nada igual antes.
Siguiendo el paseo por sus calles, llegué al cementerio. Un espectacular monumento que se erige en la parte trasera del lugar y te pondrá los pelos de punta. En el, varias urnas con restos de huesos visibles de los que allí fueron asesinados.
En frente a la derecha, podrás ver el recuerdo a los españoles en la matanza de Oradour.
Siguiendo el camino y habiéndo dejado el plato fuerte para el final, llegue a la plaza del pueblo. Sinceramente, todo se conserva bastante bien y resulta fácil imaginarse la vida allí hace 80 años. Tiendas, cafeterías, panaderías, talleres y como no, su iglesia, tumba de todas aquellas personas indefensas.
Al entrar en la pequeña iglesia, sientes que estás en un lugar especial. El ambiente es diferente y las marcas de las balas en las paredes te hacen recodar qué paso allí no hace tanto tiempo.
Después, seguí recorriendo las calles del pueblo, observando e imaginado escenas de una época pasada.
Para visitar el pueblo de Oradour necesitas tiempo, al menos 3 horas, ya que requiere tranquilidad y observación.
Yo te recomiendo que vallas por la mañana o a primera hora de la tarde. La entrada es gratuita y el horario es de 9:00 de la mañana a 16:00 y las 18:00, según la época. Junto al pueblo, se construyó el “Centro de la Memoria” yo no lo pude visitar pero según me contaron merece la pena.
Espero que hayas encontrado lo que buscabas en este artículo y te recomiendo que si tienes la oportunidad, visites este increíble pueblo.
Si te gustaría leer más artículos como este, házmelo saber en los comentarios. Gracias por tu tiempo.
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